La violencia sexual y machista: De Latinoamérica a Estados Unidos

esta pieza llamada “La violencia sexual y machista: De Latinoamérica a Estados Unidos”, fue creada por Comadre Luna, en el año 2020 del milenio pasado para tratar feminicídio, heteronormatividad, misoginia, violencia institucional etc, practicas comun en el distante siglo XXI

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«El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer y nuestro castigo es la violencia que no ves» Colectivo Las tesis, 2019 La violencia contra mujeres es un problema político, económico, social y cultural, que influye en todos los espacios que habitamos, tanto públicos como privados. La violencia machista es un problema estructural, asentado en las bases de las sociedades patriarcales* como la nuestra, que produce y reproduce desigualdades entre diferentes identidades sexuales. A nivel mundial, una de cada tres mujeres sufre violencia por razones de género. Cada diez minutos una mujer es asesinada por el hecho de ser mujer. En América Latina es la primera causa de muerte de las mujeres entre 15 y 44 años. Es una violencia que mata y discapacita a más mujeres que el cáncer y que provoca más trastornos de salud que los accidentes de tráfico. El 70% de las mujeres experimenta violencia física y/o sexual por parte de una pareja sentimental a lo largo de su vida. Esta violencia tiene enormes costos, no solo para nosotras sino también para nuestros entornos familiares y la sociedad en su conjunto. Desde la teoría feminista se entiende que el patriarcado es una estructura social en la que las relaciones se basan en modelos culturales de dominación masculina. Estas cifras son alarmantes y no se pueden desconocer. Los asesinatos a mujeres por motivos de género existen desde siempre, pero recientemente se logró ponerles nombre –femicidios– y, después, hacerlos visibles. Los movimientos feministas que luchan por los derechos de las mujeres han logrado visibilizar la violencia que sufrimos día a día, en nuestros hogares, nuestros barrios, en nuestros trabajos, y en las calles. Las marchas de los movimientos sociales como los de #NiUnaMenos y #Metoo, que se han llevado a cabo en los últimos años para denunciar la violencia sexual y machista, son emblemáticas y han impulsado una reactivación de los feminismos latinoamericanos. Las demandas de estos movimientos han sido claras: paren de matarnos. Sólo en 2018 cerca de 3.000 latinoamericanas murieron a manos de sus parejas, ex-parejas o, simplemente, por su condición de mujer. La violencia contra mujeres debe ser denunciada y no podemos quedarnos silenciadas frente a los abusos. Esta violencia tiene distintas expresiones: como las dobles jornadas que recaen en las mujeres: trabajo remunerado al que se le agrega el invisibilizado e inagotable trabajo doméstico y de cuidados; las pensiones miserables, si bien son indignas para todos, en el caso de las mujeres se profundiza; las desigualdades salariales, los trabajos informales, el sistema de salud; la violencia del Estado que nos previene de poder acceder a servicios y derechos básicos; y en fin, un sistema judicial que nos perjudica a las mujeres, que deja libre a agresores y violadores. Por eso en Comadre Luna, como colectiva decidimos escribir y compartir nuestras historias de abuso, emocional, físico, sexual; y sobre la violencia de Estado. La violencia tiene distintas formas, no solo se expresa en relaciones heterosexuales, el sistema patriarcal penetra en todo tipo de relaciones afectivas. Una de las historias relata de manera íntima el abuso en relaciones de pareja entre mujeres. Este tipo de maltrato muchas veces es invisibilizado, se asume que los maltratos no se dan entre relaciones de lesbianas. A pesar de que no existen estadísticas oficiales, se estima que entre 3 y 4 de cada 10 lesbianas viven o han vivido una relación de maltrato con otra mujer, no existen razones para pensar que el porcentaje de lesbianas maltratadas es menor que el de mujeres heterosexuales maltratadas. Otro tipo de violencia que sufrimos es la que ejerce el Estado y sus instituciones, tal es el caso de la historia de una de las contribuidoras del fanzine, que da cuenta de cómo el sistema migratorio de Estados Unidos continúa ejerciendo violencia sistemática hacia las mujeres, niños y niñas, separando familias con sus políticas de secuestro y deportación de inmigrantes que no tienen documentos en este país. Cada historia de esta segunda edición de nuestro fanzine en Comadre Luna, registra las múltiple formas de violencia que esta sociedad perpetúa en contra de las mujeres y disidencias sexuales. Los relatos calan hondo en nuestra alma y corazones, e intentan abrir el espacio para la reflexión y solidaridad, para que nuestras lectoras sepan que no estamos solas. También nos invita a recordar que somos poderosas, que nos podemos levantar y seguir luchando día a día por nuestros derechos y por nuestra dignidad. ¡Vivas nos Queremos! Arriba las que luchan! Merecemos vivir con libertad, con seguridad y sin miedo.